Sin embargo, a pesar de nuestro scÉpticos, estamos viendo el surgimiento de una fuerza laboral dirigida por millennials, y pronto seremos líderes internacionales de millennials. Este cambio demográfico afectará en gran medida a los problemas que reciben la mayor atención. En pocas palabras, somos los futuros tomadores de decisiones de nuestra nación, y lo que decimos importa, vale.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan todos los líderes internacionales es garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Esto incluye la vigilancia de las comunidades locales, la seguridad de las fronteras nacionales y la participación en la guerra internacional.
Cada vez más, una minoría de países ha comenzado a financiar el desarrollo de armas totalmente autónomas, también conocidas como "robots asesinos"; sistemas construidos para seleccionar objetivos y matar sin control humano. Los robots asesinos plantean riesgos importantes para la humanidad. Aquí hay cinco razones por las que los millennials deben prohibir los robots asesinos.
1. Los robots asesinos calculan, no piensan
Las acciones de los robots asesinos se guiarán por números. Las armas completamente autónomas, en su nivel más básico, serán máquinas con procesos. A diferencia de la toma de decisiones en tiempo real, la participación de robots en la vigilancia o la guerra significa actuar en función de algoritmos preestablecidos, algo así como el escritorio de su familia que necesita una actualización constante. Estos algoritmos ayudan al sistema de radar de la computadora a examinar su entorno para determinar si el perfil del objetivo está en medio.
Pero no existe un mecanismo reflectante. Los robots asesinos se ejecutarían en un "proceso de análisis de sensor-fuerza" mediante el cual la máquina recopila datos sobre la fuente externa, analiza la fuente en función de su programación interna y aplica fuerza si se cumplen las condiciones para hacerlo (más información en www.articulo36.org). Sin embargo, el aprendizaje automático en relación con el análisis de datos sigue sin estar claro, lo que aumenta la complejidad de este problema. Esto pone en tela de juicio la ética detrás de los códigos que programan un sistema para matar.
2. Los algoritmos detrás de los robots asesinos son inherentemente racistas
Todos lo hemos escuchado antes: los millennials también sensible. La fuerza impulsora detrás de este malentendido es el grado en que las generaciones más jóvenes etiquetan el comportamiento normalizado como incorrecto.