Historias reales

Mi nombre es Sumaya Nur Hussein. Soy un ciudadano keniano nacido en Somalia. Ahora estoy estudiando derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Strathmore en Nairobi con interés en la inteligencia artificial.

Como líder africano y futuro que se verá afectado por la IA, me apasiona encabezar la investigación y suscitar conversaciones sobre la IA y las posibles violaciones de derechos humanos que (podrían) derivarse de ella. Realmente me alineo con los principios y la misión que representa Stop Killer Robots.

En un mundo donde la automatización se está convirtiendo cada vez más en parte de nuestras vidas, el potencial despliegue de robots asesinos es una de las principales amenazas para la humanidad. Es importante que evaluemos estos temas de una manera interseccional que considere la raza, el género, la clase y la etnia dentro del contexto de un orden económico desigual.

Al crecer, he estado rodeado de intersecciones de estereotipos que son misóginos, y algunos puramente islamófobos, y la posibilidad de vivir en un mundo donde la IA duplica estos mismos prejuicios es realmente una preocupación. Los robots asesinos que pueden usar la fuerza sin control humano no aprecian las realidades de la opresión de género, racial y religiosa que están asociadas con los usos de la violencia a nivel local e internacional. Como tales, pueden empeorar las situaciones desfavorables existentes. Peor aún, los robots asesinos también pueden estar programados con prejuicios de género, raciales y religiosos y pueden exacerbar la discriminación contra las comunidades a las que pertenezco.

Cuando se encuentran personas con la misma misión, se produce el cambio definitivo. Es por eso que estoy agradecido de ser parte de la comunidad Stop Killer Robots que está trabajando para prohibir este tipo de armas. Es un verdadero honor ser parte de esta noble causa.